BUENOS AIRES.- La Cámara de Diputados aprobó ayer y giró al Senado el proyecto de reforma del impuesto a las Ganancias, que, en general, plantea la eliminación de las exenciones para algunas operaciones, entre ellas, la de compra y venta de acciones de empresas que no cotizan en bolsa y la distribución de dividendos. La iniciativa respeta lo remitido por el Poder Ejecutivo y en consecuencia excluye del beneficio a los autónomos y monotributistas. El proyecto -que se ordena con el decreto que subió a $ 15.000 el mínimo no imponible para el pago del referido impuesto- fue aprobado en general por 139 votos positivos, contra 91 negativos y cinco abstenciones (los peronistas disidentes Edgar Müller, Lino Aguilar e Ivana Bianchi, el radical Rodolfo Fernández y su colega de Proyecto Sur, Jorge Cardelli, tras más de ocho horas de debate en la sesión especial iniciada al mediodía de ayer con un quórum compartido entre oficialistas y opositores con 133 legisladores sentados.
Las sorpresas fueron los votos afirmativos del jefe del sindicato de Empleados de Peaje, Facundo Moyano, y su par del sindicato de Canillitas, Omar Plaini; el recientemente distanciado del kirchnerismo el fueguino Rubén Sciutto y sus comprovincianos Liliana Fadul (Partido Federal Fueguino) y Jorge Garramuño (Movimiento Popular Fueguino); los representantes de Unidad Popular Claudio Lozano y Graciela Iturraspe, su colega del MIJD Ramona Puchetta, el salteño Alfredo Olmedo y los peronistas disidentes Mauricio Ibarra y Nora Videla. El primero en defender el proyecto oficial fue el presidente de la comisión de Presupuesto de la Cámara Baja, Roberto Feletti, quien compartió el tiempo con su colega de Nuevo Encuentro Carlos Heller, y aseveró que la reforma de Ganancias tiene el objetivo de "restituir ingresos a los trabajadores". Reseñó que las vías para financiar esa medida son la eliminación de exenciones "a la compraventa de paquetes accionarios de empresas que no cotizan en bolsa", así como "la igualación de las inversiones extranjeras y las nacionales", mediante el cobro de impuesto al pase de acciones entre accionistas extranjeros de empresas radicadas en el país, y al gravar "la distribución de dividendos".
Con los cambios queda afuera del pago del impuesto "el 91% de los de los trabajadores formales" y "solo son alcanzados 960.000 trabajadores", indicó Felleti.
El diputado de la Coalición Cívica Alfonso Prat Gay cuestionó la iniciativa al considerar que aumenta "impuestos, sobre todo a las PyME" y, en cambio, reclamó discutir una ley que grave "la renta financiera", así como "la rebaja del IVA para los productos de la canasta básica familiar y el impuesto al cheque". Además, dijo que es innecesario el proyecto dado que "en lo que va del año el gobierno recaudo $ 16.000 millones de Ganancias por encima de lo presupuestado".
Su colega por Unidad Popular Claudio Lozano insistió en reclamar "una discusión integral del impuesto a las Ganancias" y dijo que la decisión del gobierno de avanzar con la reforma surgió "tras el resultado electoral de las PASO", pero aclaró que no es una cuestión "menor". Antes, la socialista Alicia Ciciliani había calificado como "una medida aislada y electoralista" la propuesta oficialista y señaló que "no hay razón para que en donde están los representantes del pueblo, que somos titulares y no suplentes de nadie, no se pueda debatir una reforma impositiva sin desfinanciar el Estado, pero sí dar equidad distributiva", y en sintonía con los bloques del PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el peronismo disidentes en sus amplias vertientes, pidió discutir la creación de un impuesto a "la renta financiera". A su turno, Felipe Solá dijo que el proyecto demuestra que desde en el gobierno nacional se "tuvo miedo" de hacer una ley que grave y castigue "la actividad especulativa"".(DyN)
El Gobierno quiere volcar al consumo unos $ 87.600 millones hasta fines de año
BUENOS AIRES.- El aumento del mínimo no imponible de Ganancias y del tope para cobrar asignaciones familiares, la eliminación de ese impuesto en el medio aguinaldo, las subas en salarios mínimos, jubilaciones y asignaciones, incluida la Universal por Hijo (AUH), y de las paritarias generarán una masa de $ 87.600 millones que se volcará al consumo en los últimos cuatro meses del año.
Con el anuncio de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de aumentar el mínimo no imponible de Ganancias, de $ 8.400 a $ 15.000, a partir de este mes y hasta fin de año se volcarán $ 4.500 millones al consumo.
A esto deben agregarse los $ 1.000 millones que entre este mes y diciembre próximo resultarán de la suba en el tope salarial, de $ 8.400 a $ 15.000 por cónyuge y de $ 16.800 a $ 30.000 por familia, para acceder a las asignaciones familiares, medida que incorpora 850.000 nuevos beneficiarios también desde este mes.
Estas decisiones se suman a los ya concedidos $ 2.000 millones que significó la eliminación del pago de Ganancias en el último medio aguinaldo.
Pero también influyen los $ 600 millones en los que se traducirán en estos últimos cuatro meses, el primer tramo del aumento de salario mínimo, vital y móvil, que lo llevó a $ 2.875 a $ 3.300 a partir de agosto pasado y que se percibe con el sueldo que los trabajadores cobran este mes.
El consumo no se agota tan sólo con aquellas medidas. También debe tomarse en cuenta el segundo aumento de las jubilaciones, de 14,41%, que ubicó al haber mínimo en $ 2.477 mensuales, y que inyecta desde ahora $ 12.300 millones al consumo del último cuatrimestre.
Además, quedan los incrementos en las asignaciones familiares y universal por hijo (AUH) y embarazo, otorgados a fines de mayo, que en esta última parte del año representarán alrededor de $ 11.200 millones.
Otras medidas
Aparte de estos incremento, la masa más importante de recursos destinados al consumo vendrá por el lado de los aumentos acordados en las paritarias de este año, que rondan el 24%, muchos de los cuales tendrán efecto mayoritario a partir de este mes.
Estos incrementos significarán para el cuatrimestre una inyección de $ 56.000 millones adicionales, se estimó.
Todos estos aumentos y mejoras salariales y de ingresos suman $ 87.600 millones que será solo un piso mínimo de dinero destinado a gastar en bienes y servicios, pero que se sentirá con fuerza en el último tramo del año. (Télam)